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La innegable historia, el encanto y el romance de las calles adoquinadas tienen una forma de conquistar incluso a los modernistas autoproclamados más obstinados. Si vamos a ser completamente precisos, las verdaderas calles "empedradas" son solo aquellas que son claramente desiguales, con piedras redondeadas, diseñadas originalmente para caballos (y sus pezuñas) para obtener un buen…